La muerte


¿Piensan ustedes en la muerte?
¿Le temen?
Es un tema que me asalta de cuando en cuando. Lógicamente, a medida que uno va avanzando en años, el pensamiento se hace más recurrente. No me obsesiona, pero sí me plantea algunas cuestiones (y temores).

Para empezar, creo que no le temo a la muerte en sí misma. Me refiero a lo que es; a lo que significa: cambiar de plano o dimensión (aunque para los ateos sea el final de toda historia, el botón que apaga todo sistema). 

Diría, más bien, que mis temores son otros. Y tienen que ver con el dolor. Imagino que salir de esta vida implica pasar por un momento de dolor extremo. Es evidente que dependerá de cómo será mi muerte. Pero aún si es consecuencia de un hecho fortuito y sorpresivo, sin mucho tiempo para procesarlo, intuyo que, al menos por un segundo, sentiré el dolor más profundo que sea posible: el tormento que marca la diferencia entre la vida y la muerte. Un dolor inimaginable de cuando se rompe todo. 

También es evidente que si uno sufre el infortunio de un cáncer o alguna enfermedad degenerativa que lo va aniquilando de a pocos, es de pensar que el dolor se va a instaurar como un inquilino indeseable que hará estragos suficientes para empezar a morir antes de la muerte misma. Doloroso, muy doloroso.

La vejez también cuenta. A más edad, mayores son las posibilidades de que el sufrimiento sea parte de una nueva cotidianidad. Ya saben: la pérdida de la memoria, problemas de movilidad, el deterioro de la masa muscular, de las estructuras óseas, en fin, todo lo que acarrea el paso de los años. 

Sumemos la parte psicológica. ¿Qué tan sólidos somos para tolerar cómo la vida se nos va convirtiendo en un pesar constante?

De todo esto, lo que más me come la mente es la idea del dolor físico extremo. Vuelvo a decir que, para salir de la vida, creo que hay que pasar por el umbral de lo insoportable. Así sea una minúscula porción de tiempo: hay que sufrirlo. No sé cómo se sentirá un ataque al corazón o un derrame cerebral o el desfile exponencial de las células malas durante el proceso de metástasis. El momento mismo de pasar de vida a muerte: ese salto de valla, esa bisagra entre el antes y el después, ¿será tan insoportable como me lo figuro? ¿O es un miedo absurdo? 

Si llevamos el tema al mundo esquizoide, ¿hay algo ahí que nos perturbe especialmente?

Yo calculo que si llego a cierta edad y en soledad total, se me van a complicar mucho las cosas. ¿Qué tal la amenaza de un infarto y que no tenga al lado ni un perro que me ladre? ¿Muerte segura? Aún en pie, no me veo en la tarea de tomar el teléfono y llamar a alguna entidad de emergencia médica. Me dejaría estar —especulo—, aunque dicen que uno se aferra tanto a la vida que termina haciendo cosas raras.

He leído por ahí —incluso también lo he pensado— que si la muerte alcanza a un esquizoide en su piso, nadie se enteraría hasta que la descomposición del cuerpo lance señales olfativas. Para muchos puede ser penoso morir así y que a nadie le importe. Pero eso no me preocupa. Si la humanidad me es indiferente, sería un contrasentido esperar consideración de parte de ella. Por ahí no van mis inquietudes.

A veces me pierdo en pensamientos circulares: vida, muerte, lo que hay en medio de ellas, y de nuevo vida y muerte. Si no he pedido nacer —mucho menos, vivir—, me angustia un poco tener que salir del tablero sintiendo el dolor que lo rompe todo. ¿Por qué todo esto? Es como si alguien me hubiera lanzado desde una ventana a un mundo hostil y accidentado: «Ahora existes, te jodiste; arréglatelas como puedas y prepárate para experimentar el peor de los dolores al momento de dejar de existir»

Habrá quien diga que la vida misma es un padecimiento y no solo el hecho de morir. Lo sé. Estoy pasando por un momento muy difícil ahora mismo, pero aun así no he llegado al extremo de sufrir lo insoportable, cosa que —presumo— sí pasará durante las sombras de la muerte, lo inmediatamente anterior y el preciso instante del dolor que lo rompe todo al salir del tablero... si es que es tal.

Comentarios

  1. Pienso en ella. La he deseado. No le temo.

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  2. ¿Piensan ustedes en la muerte?
    No demasiado :)
    ¿Le temen?
    No :)

    Posiblemente por mi tendencia ultimamente a las filosofias orientales… com por ejemplo el Taoismo, concibo el universo como un TODO y un
    “ser vivo” como tal… Asi como en el cuerpo humano. En cada cm. cuadrado de nuestra piel hay mas de 1000 millones de bacterias, que mueren
    y nacen cada dia, formando parte de nosotros, asi como nosotros de la tierra y la tierra del universo. No creo que nunca moramos, seguiremos
    estando ahi “de otra forma”.

    Aunque en mas de una ocasion he pensado en el tema del infarto. No tanto por el miedo a morir sino la absurdidad de la forma de morir :-)

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  3. ...death knocking at the door ... I must let him in ...


    https://www.youtube.com/watch?v=1scU2UtiPFs&

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  4. And they found my letter
    Rolled up in your pocket
    Where I said I'd kill myself
    If she left me again
    So now she's gone
    And you're both in my mind
    I've got one thing to say
    Before I am drunk again:
    God damn the sun....

    https://vimeo.com/136277685

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  5. You performed your story
    Moving through an unknown past
    Dancing at the funeral party

    https://www.youtube.com/watch?v=o4s4kGvQfIk

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    Respuestas
    1. Chico, hay que jod..... : eres la alegría de la huerta, ja,ja,ja.

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    2. con 3 cervezas te hago el chiquito que lo clavo ! Quietooor ! Pecador !

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    3. ja,ja,ja. Eres de lo que no hay. A mí no me hacen falta ni las cervezas: a handemor, a pitican

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