El Cementerio Fantasma II


El post de hoy es básicamente gráfico (si cabe el término). Sucede que en el proceso de seleccionar y botar cosas, a efectos de mudarme, encontré la pintura original que motivó el post titulado El Cementerio Fantasma (obviamente, la imagen de ese artículo era referencial). Perdonen el atrevimiento de llamar pintura a esta cosa, pero tomen en cuenta que era apenas un niño de siete u ocho años. 

El cuadro (excúsenme también este atrevimiento) ya luce bastante deteriorado. Han pasado más de 35 años y es natural que luzca viejo y descolorido: las manchas blancas no son pinceladas, sino efecto de la témpera desprendida. 


Y ahora que lo he vuelto a mirar, recuerdo que la calavera encapuchada la copié de un tatuaje que Ozzy Osbourne tiene en la parte superior izquierda del torso (como pueden observar en la foto que adjunto).




Lo que no sé es de qué parte de mi imaginación —a todas luces algo turbada, pese a mi corta edad— surgió el fantasma volador. El efecto resulta hoy, y en retrospectiva, algo cómico. Pero, repito, yo era solo un crío con ganas de darle la contra a todo, en especial a todos aquellos compañeritos de clase que habían elaborado sus paisajes felices, sus bodegones y otras obras que yo juzgaba sumamente ingenuas y complacientes. 

Podría decir, por cierto, que desde muy temprana edad yo ya andaba por el mundo en sentido opuesto, muy lejos de los circuitos establecidos y haciendo enfurecer a la maestra de arte por haber osado pintar un paisaje macabro y oscuro: inaceptable para el estándar monjil de una escuela manejada por personal clerical.


Aunque hoy mantengo conflictos no resueltos con mi condición de esquizoide, estoy en capacidad de reafirmar mi satisfacción por haber intentado algo distinto: creo que no estaba dispuesto a ser, simplemente, otro ladrillo en la pared.


Comentarios

  1. Definitivamente, no eras otro ladrillo en la pared.

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  2. tuve la suerte de estudiar en los marianistas, probablemente los religiosos más liberales que existen. Recuerdo la etapa con cariño. Precisamente al final, andaríamos por los trece-catorce años, se convocó una especie de concurso de dibujo bajo el tema "Monstruos" y lo típico, la peña dibujó a frankestein, la momia, drácula, etc... menos uno, raspado de vergüenza, que dibujó a una mujer en bikini llevando por la playa un par de tetas descomunales en una carretilla; precusor de Kovic o de Lisa Hayes, el dibujo estaba francamente bien pero provocó un escándalo mayúsculo y le acabaron expulsando del colegio tres días. Se conoce que el liberalismo de los curas no daba más de sí. Hoy el chaval es un brillante y conocidísimo abogado. Es más que probable que siga raspado de vergüenza y dibujando muy bien. esas cosas no se olvidan.

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    1. Muy buena experiencia, gracias por compartirla!

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    2. Eres muy amable. La verdad es que se me fué la olla. Me diste pie con aquello de "inaceptable para el estándar monjil de una escuela manejada por personal clerical." Me vino a la memoria como un flashback de cine.
      Saludos y un fuerte abrazo.

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  3. Buenas! Tuve una experiencia parecida en primero de eso, con 12 años. Ya de niña era una devorador de libros, y se hizo patente mi gusto por los libros de terror y suspense. Aunque mis padres sólo me compraban hasta la etapa juvenil. Los adultos los tenía prohibidos. Pensad k contaría con 8 o o años y supongo que no querrían que me impresionar a con las novelas negras o angustiosa que ahora disfruto. El caso es que ya me gustaba lo macabro de niña. En clase de arte nos hicieron dibujar un animal. Yo dibuje un caballo. Y luego empezó a rondaré una idea. Nos habían reñido diciendo que éramos como niños que siempre rompían sus juguetes, y pense: y si los juguetes rompieran los niños? Como sería? Así que en cuanto acabe el caballo dibuje un oso de peluche enorme, con garras, fauces abiertas y una expresión de odio. En una de las patas delanteras tenía una cabeza arrancada de una muñeca. Salvo que la muñeca sangraba.
    LLamaron a mis padres incluso. Ellos ya sabían que me gustaba lo tétrico así que por suerte no me dieron problemas.
    Sabes, llevo ya más de un año leyéndote. Y cada vez que escribes es como si reflejarás trocitos de mi vida.
    No es que me sienta identificada, sino que Parece que mire dentro de un espejo. El caso es que yo soy muy positiva. Pero también cínica. Y a medida que pasan los años me siento más mas cansada de caminar por la vida. Me gusta mi vida, pero a veces tengo ganas de tirar mi máscara y mi filtro y hacer y decir lo que realmente quiero. Y no puedo.
    Y a veces te leo en uno de tus oscuros momentos, cuando , con perdón, estas más cansado de tu situación, o más resignado. Y me es in3vitable no pensar: es mi reflejo o mi futuro lo que veo?
    Se qje el futuro es algo que se forja día a día, con tus decisiónes.
    Pero antes pensaba que yo siempre sería positiva, que ganaría a esta forma de ser a base de buen karma. Pero se me agota la paciencia. Y cada vez más a menudo paso más tiempo sin tener contacto con los demás. Me cuesta más.
    Perdón por el tostón. Me habéis pillado en uno de esos momentos de bajón.

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    1. Me gustó mucho tu comentario. Tu experiencia dibujando el oso de peluche me parece genial (¿por qué se sobrentiende que los niños deben reflejar solo la "Cara A" de la vida?). Algo que me ha sorprendido es tu autodefinición de persona positiva: yo pensaba, más bien, que el negativismo era algo intrínseco a todos los esquizoides, pero veo que andaba errado. Espero que esta etapa en la que se te está agotando la paciencia sea únicamente eso: una etapa. Y que recuperes lo positivo. Me parece genial que te guste tu vida; creo que es algo que no todos los esquizoides podemos decir. Bueno, yo no es que odie mi vida, creo que estoy en el medio de ambos extremos.

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    2. Bueno. Incluso mi positivismo está algo distorsionado, creo. Verás, me es fácil ser positiva porque nada que les pase a los demás me afecta. Y nada que me hagan los demás me dura demasiado, porque simplemente cuando alguien me enfada o hiere, se me pasa al cabo de unas horas o al día siguiente. Se que cualquiera te la puede jugar. Sin querer o queriendo. Pero como todo el mundo te la va a jugar tarde o temprano, que mas da cuando lo hagan? Una vez hecho simplemente ignora a esa persona y continúa remando. Son como las piedras en el camino, hay que sortearlas. Pero si chocas con ellas y dañan el barco, no te enfadas con ellas porque son rocas. Pues igual.
      También creo que cada problema tiene una solución. Y si no la encuentras. Y si no la encuentras simplemente espera a que pase la tormenta. Las situaciones no son algo estático. Sino que fluctúa. Las buenas y las malas. Todo es temporal.
      Así que aunque tenga un dia muy malo me basta llevar a casa y leer o escuchar música y me animo.
      El problema es que lo que a mi me parece ser positiva a los demás les parece ser indiferente. Si hay algo de lo que todos mis conocidos se quejan es de lo pasota e indiferente que soy a lo que me rodea y a quienes me rodean. No me estréso porque nada entra dentro de mi pequeño mundo.

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