¿Amistad esquizoide?
Uno de los comentarios que llegaron a este blog ha sido la semilla de esta nueva entrada. Más que un comentario era una interrogante: «¿Considerás que un esquizoide puede tener amigos de su misma condición? A distancia, claro». Me pareció una pregunta no solo interesante, sino muy válida. Incluso yo mismo debo habérmelo preguntado en alguna ocasión. Es más, cierta vez fantaseé con la idea peregrina de crear una especie de asociación de esquizoides. Una suerte de fraternidad con un hipotético espacio físico en el que pudiéramos converger con alguna frecuencia en reuniones informales. En ellas podríamos establecer una dinámica vivencial en la que cada uno hablara desde su experiencia como esquizoide. ¿Asociación de Esquizoides Anónimos? Una idea loca, sin duda.
Claro que la pregunta que ha inspirado este post se refería a una relación amical a distancia. Y sí: pienso que es posible aquello. La distancia protege; la distancia no compromete a nada que uno no quiera hacer; la distancia nos excusa de ausencias prolongadas; la distancia desbarata cualquier posibilidad de establecer reglas o convenciones. Obviamente no sería una amistad como la de cualquier mortal acostumbrado a recorrer las redes sociales e intercambiar mensajes poco relevantes.
Pero aquella intervención en uno de los posts anteriores me llevó nuevamente a imaginar una fraternidad de esquizoides; no a distancia, sino cara a cara. Repito: en un espacio físico donde pudieran realizarse reuniones periódicas y en las que cada uno de los miembros pudiera contar cosas, plantear preguntas, inquietudes, desahogarse, lo que fuera. Y, quién sabe, de ahí podría gestarse una amistad. Una amistad esquizoide. Me imaginé una situación así de excéntrica y obtuve viñetas diversas, unas más absurdas que otras.
¿Imaginan ustedes a cinco, seis, diez o más esquizoides compartiendo una mesa? La foto que ilustra esta nota podría resumir la situación: cada uno metido en su mundo y usando sus iPhones como salvavidas. Nadie hablaría. A lo sumo alguien tomaría la palabra y otro intentaría secundarlo, pero el tema quedaría seco en pocos minutos, hasta morir en un desierto de silencios. Cada segundo correría demasiado lento, y cada esquizoide estaría rogando para que el hielo se rompa de alguna manera, con alguna varita mágica no inventada hasta el momento. Los celulares fungen de salvavidas —ya lo dijimos—. Y si sirven la cena, los platos también acudirían para aliviarnos la tensión instalada en el ambiente y dentro de cada uno de nosotros. Entonces, todos atacaríamos el filete o la ensalada como si se nos fuera la vida en ello y mientras las palabras siguieran ausentes.
Todos evitaríamos mirarnos a la cara. Puedo ver varios pares de ojos bailando en sus respectivas cuencas, de tal modo que no pillen una mirada ajena en uno de sus movimientos. Alguien haría un comentario huérfano de contexto intentando salvar lo insalvable. No habría eco. Otros podrían congelar sus sonrisas como si así contribuyeran a instaurar una atmósfera más ligera.
Terminada la cena, todos se levantarían de la mesa. Algunos sostendrían una copa de vino o un vaso de cerveza en la mano (todo elemento sirve para disimular incomodidades). Pondrían algo de música pero presumo que ninguno de los presentes atinaría a hacer algo que no sea caminar de un lado a otro, copa o vaso en mano, apreciando un cuadro colgado en la pared o alguna foto familiar colocada sobre una repisa, mientras deja correr los minutos. Sería francamente penoso ver a un puñado de personas en un mismo ambiente, caminando como zombis, unos de espaldas a otros, todos desconectados entre sí. Bizarro y cruel. O quizá tragicómico.
Como no se puede caminar todo el tiempo, algunos optarán por ocupar los sillones de la sala. Acto seguido, volverán a sus iPhones. La música seguirá cumpliendo su labor de oxigenación, llenando los vacíos y tendiendo otro artilugio salvífico para evitar que todo muera —aunque ya todo estaba muerto desde antes de aquella hipotética/utópica reunión—. En el fondo de sus corazones, todos los presentes únicamente pensarán la manera de escabullirse sin parecer grosero o descortés. Otros no dejarán de observar sus relojes, como si en cada nueva mirada las manecillas fuesen a correr más rápido.
Hasta que el primer valiente se levanta de su asiento para lanzar una excusa (que nadie da por real) y emprender la salida del lugar. Le seguirán los demás, de manera escalonada, para que no se entienda que ha sido una velada tensa e incómoda. En el ritual de las despedidas no faltarán planes para repetir la experiencia (aunque por dentro piensen lo contrario), agradecimientos y buenos deseos. Al momento de trasponer la puerta, cada uno sentirá que el alma le vuelve al cuerpo: volver a ser uno (¡por fin!). Será como salir de una prisión desconocida y, aunque en casa nos espere la prisión de siempre, al menos esa es conocida y apacible.
Si alguno de los presentes intentara convocar a una nueva reunión, es muy probable que cada uno de los que acudieron a la primera ya tenga preparada una excusa creíble (medianamente por lo menos) para no asistir.
Quisiera ir, pero no voy a poder: viene un tío de viaje y vamos a estar ocupados con él...
Genial, pero me es imposible. El trabajo se ha complicado mucho, ojalá haya una nueva ocasión...
Me gustaría, pero no me he sentido muy bien en los últimos días, no sé qué tengo...
Qué lástima, no voy a estar en la ciudad para entonces...
No podría confirmarte; apenas pueda te aviso...
Y así. Entonces todo volvería a ser como siempre y —tal vez— como nunca debió dejar de ser: cada esquizoide viviendo su mundo personal, entre cuatro paredes, dejando correr los días, dejando pasar la vida, mientras todo recupera su tono habitual: gris.
Pues si es entre esquizoides habría comprensión y se podría ser sincero.
ResponderEliminarSería ridículo poner excusas por marcharse o por no acudir.
Uno podría desaparecer en cualquier momento sin necesidad de despedirse y no pasaría nada ni sería mal visto. La presencia de ninguno desentonaría particularmente en el lugar, porque todos estarían en un estado parecido.
...Al menos yo me lo imagino así.
De todos modos no sé si sería una buena idea.
Puede ser como te lo imaginas. No te contradigo. Encuentro razonables las variables de comprensión y sinceridad. Yo me lo imaginé tal como lo he intentado plasmar: no quiere decir que al buscar excusas seamos poco sinceros, pero creo que muchos arrastramos esa praxis desde nuestros hogares, como un libreto aprendido para salvaguardar las "buenas maneras".
EliminarSoy quien planteó esa pregunta. No tengo una respuesta. Pero si los esquizoides nos sentimos cómodos en un grupo reducido de personas con las cuales tenemos afinidades (y las mismas generalmente son "normales"),quizás no sea tan absurdo pensar que algo interesante pudiera surgir de una "hipotética/utópica reunión".No sería necesario explicar el por qué de los silencios, o de una cara seria, o de una mirada esquiva. Aunque está claro que el poner distancia es una de las características que nos define. En fin, no tengo respuesta.
ResponderEliminarGracias por tu participación. De hecho la pregunta que hiciste en ese post me quedó flotando y volvió a traer a mi mente los pensamientos acerca de una posible asociación de esquizoides. Lo que he escrito no pretende ser un vaticinio de lo que ocurriría sí o sí. Es solo un ejercicio de imaginación, tal vez algo extremo, pero como dices, es muy difícil prever qué podría suceder en un ambiente de esquizoides reunidos. Saludos.
EliminarMmmm... complicado. El problema es que nos cansa muchísimo interactuar. Es irrelevante a este respecto si la contraparte es esquizoide o no. Al revés, ¿qué te va a contar un grupo de esquizoides que tú no sepas ya? es un poco como mirarte al espejo. Y en las terapias de grupo, sinceramente, no creo. Al menos para nosotros no nos sirven para nada : no te pueden dar respuestas, generalmente infantiloides, a cuestiones que tú has resuelto hace años. Precisamente, cuando caí - muy tarde - en la cuenta de que era indudablemente esquizoide, me tragué en dos tardes todo lo que hay en la web sobre el tema. Y los testimonios eran alucinantes : parecemos parientes.
ResponderEliminarCreo que es sano hacer todo lo contrario : de vez en cuando, muy de vez en cuando, si queréis, sacudirse y mezclarse un poquito con la gente "normal", escuchar sus conversaciones banales e intentar averiguar que hay detrás de algunas que, a mí particularmente, me dejan perplejo.
Entiendo lo que dices. Por eso hablaba de una hipotética/utópica reunión de esquizoides. De ahí que imaginé, no sin algo de sarcasmo, una situación absurda y sin mucho sentido. Pero igual me pareció pertinente poner el tema sobre la mesa, a partir del comentario de Anonymous acerca de la viabilidad de una amistad entre esquizoides a distancia.
EliminarIgual organizabas una quedada... y no iba nadie, ja,ja,ja.
EliminarJajaja, lo más probable.
EliminarNo pensé que la pregunta que hice en ese momento nos haría intercambiar tantas opiniones. Si nos fijamos con atención, los comentarios se parecen y en definitiva llegamos a la misma conclusión: "somos el espejo del otro, parecemos parientes...". Entonces, por qué no habría temas de conversación entre los de nuestra condición? Música, literatura, gustos, costumbres, particularidades de cada país (por la manera de expresarse noto que hay personas de diferentes nacionalidades). No lo veo como un grupo de autoayuda, sino de gente que conversa animadamente sobre temáticas diversas y no banales. Y si interactuar nos cansa, la distancia que impone Internet es perfecta! Cada quien participa y se comunica a su tiempo. Eso hacemos en este espacio de Solitude. Saludos!
ResponderEliminarTambién de acuerdo con tu punto de vista, lo cual indica que no hay una verdad absoluta sobre el tema planteado, tal vez porque no conocemos de antecedentes al respecto. Como acá somos de diversos países, que este espacio sea propicio para intercambiar opiniones. Saludos.
EliminarExacto. Eso hacemos.
EliminarBuenas. Me resulta graciosa la pregunta. Conocí a un esquizoide. Hablábamos de vez en cuando durante más de una hora sobre temas de ciencia etc. Nos chateabamos una vez cada dos semanas o así. Nos caímos genial. Y teníamos la misma edad. Así que el me dijo oye, y si me pasas tu whatsap y hablamos así sin compromiso? Sería bueno tener a un amigo Así, esquizoide, que nos entendieramos. Me pareció una buena idea. Pensé que al ser esquizoide los dos las cosas serían diferentes.
ResponderEliminarLas primeras dos semanas fue bien. A el no le impirtaba mi vida privada, ni a mi la suya. Asi que la cosa funcionaba. Pero luego yo empecé a sentir lo que sentía por los demás con el tiempo. Cierto rechazo hacia contactar con esa persona.
Una desgana brutal al pensar en contactar con el. Cuando hablaba con el sentía ese hormigueo nervioso sobre la piel. Esa necesidad de cortar la comunicación y oxigenarme. De estar atrapada.
Así que le dije k necesitaba espacio. El lo entendió. A las dos semanas volvimos a contactar. Pero a los pocos c9ntactos empezaron las sensacionespor exceso de socialización. Le expliqué que deberíamos hablar un día a la semana. Para poder tener espacio. Pero el no lo entenentendió. A el no le pasaba eso. Es más, el estaba encantado conmigo.
Y empezó, como siempre a pedir explicaciones, disculparse etc.
A los meses dejamos de chatear. Yo no podía darle la relación que el él quería.
Y me sentí muy mal. Porque acababa de descubrir que era incapaz de mantener una relación ni ta siquiera con alguien como yo. Y al darme cuenta que me daba igual me sentí aún peor. Porque eso no es lo que debería sentir. Estuve meses otra vez pensando en porque mi mente es tan diferente. Porque no siento lo que he de sentir. Luego se me paso. Me designe. Soy así.
Así que...cuidado. muchos esquizoides no estamos diagnosticados. En mi caso ni siquiera se si lo soy. Tengo muchos rasgos, pero ya está. Y aunque todos fuéramos esquizoide tenemos distintos grados de esquizoidismos. Y distintos rasgos.
Así que....el problema no es que los demás no te entiendan. O que te cuenten sus vidas. O te interroguen sobre la tuya. El problema son los lazos. Donde otros ven lazos de seda nosotros vemos cuerdas llenas de púas.
Da igual si te lo ata tu hermano o tu mejor amigo. Las puas están en el lazo, no en sus manos.
Gracias por compartir esta muy interesante experiencia. Cierto, hay niveles distintos de trastorno esquizoide, incluso algunos síntomas pueden confundirse con los de la fobia social o el trastorno por evitación. Muy interesante también la última parte en la que dices que el problema son los lazos. "Las púas están en el lazo, no en sus manos": creo que es exacto.
Eliminar"Las púas están en el lazo...". Excelente.
ResponderEliminarCreo que es un tanto determinante la forma en que lo presentas. La particularidad del esquizoide es su excentricidad, es decir, si bien la mayoria de los esquizoides tienen cosas en común... son sus vivencias los que determinan sus perfiles psicológicos y con ello sus variante o espectros.
ResponderEliminarNo es lo mismo un esquizoide de fuertes rasgos evitativos que un esquizoide con bonitos rasgos paranoides, y con ello no debemos olvidar que también debemos tener en cuenta el grado del esquizoide lo que los hace más o menos capaces de sociabilización.
En mi experiencia personal tengo una amistad con otro esquizoide, el cual a traves de los años a cambiado MUCHISIMO (con solo marcarte que ahora gesticula), él es un esquizoide de grado alto con fuertes rasgos de dependencia y en mi caso soy un esquizoide bajo con rasgos evitativos. El tema es que nos llevamos muy bien, si bien nos vemos entre uno o dos meses por un par de horas podemos crear muchos temas de conversación. Quizás lo que determine el exito de la reunión sea como interactuan los distintos individuos acorde a sus particularidades e intereses.
En mi caso particular para la reunión imaginaria que postulas... "creo" que si no tengo alguien a quien usar de muleta es muy probable que chatee con mi amigo esquizoide en vez del vulgo atemorizante que tengo enfrente... Ok. Quizás primero deberías embriagarlos y luego hacer la reunión.
En fin la amistad esquizoide es posible, en cuanto a la reunión... Jajaja!
Desde q soy consciente de mi particularidad he estado buscando información de grupos de ayuda o algo parecido. No conozco a nadie esquizoide, la verdad y no sé cómo sería una relación con otras personas pero creo q podría ser interesante más que nada pq no tendría nada q perder. En mi entorno familiar y laboral conocen mi particularidad y aunque me ha llevado rechazo y muchos ridículos he acabado por aceptarme a mi mi mismo y mis limitaciones. Así pues yo no tendría ningún problema, no puedo presumir de verdaderos amigos y no soy hábil o desconfío de las relaciones por redes y demás
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