Debí ser una planta
Llega un momento en la vida en el que uno empieza a sacar conclusiones. No ocurre todo el tiempo. Menos cuando se es joven y aún se anda en una búsqueda. Es a medio camino —cuando ya empiezas a mirar un poco más atrás y no tanto adelante— cuando te das cuenta de muchas cosas, cuando te arrepientes y te preguntas por qué no hiciste tal o cual cosa, o por qué sí hiciste alguna otra. Es cuando encuentras explicaciones que antes no viste. Y si bien uno se va percatando de algo mientras vive, día a día, es recién cuando se va completando el cuadro que uno empieza a hacer un balance (y sacar conclusiones).
En esas estaba cuando llegué a una conclusión crucial: debí ser una planta.
No voy a entrar en todos los pliegues de pensamiento que me condujeron a esta afirmación; sería un acto inútil. Solo diré que, por naturaleza y características, mejor me habría ido como elemento vegetal.
Si solo dependiera de mí, viviría todo el tiempo en un solo lugar, no tendría que desplazarme a ninguna parte para conseguir sustento. Estaría quieto. Me alimentarían la tierra y el agua. Probablemente daría frutos sin esfuerzo alguno y sería de alguna forma provechoso en la cadena de preservación del ecosistema. Todo esto sin moverme un milímetro.
Antes de que piensen que soy un vago, seré claro en afirmar que esto no tiene nada que ver con evitar el esfuerzo, el trabajo. Ya creo haber escrito aquí que incluso me considero un workaholic. El asunto va por otro lado. Tiene que ver con mi propensión a la inmovilidad crónica; con mi tendencia a extender raíces en un solo lugar y eludir el movimiento o el traslado a otros lugares. Y no porque eso me agote, sino porque me evita la incomodidad de toparme con más gente, mucha más gente. Aclaro: a mayor movimiento, mayor posibilidad de exponerte al contacto humano.
Una planta, en cambio, vive tranquila, en paz (claro, asumiendo una situación ideal, pues ni las plantas están libres de peligro). Vive ensimismada. Permanece en su elemento, sin preocupaciones, familiarizada con su entorno y sin la desagradable sorpresa de encontrarse con elementos extraños. Y si bien depende de factores externos para su supervivencia, ahí está la planta levantándose, creciendo, fortaleciéndose, sola, en sí misma.
Obviamente, también le tocará algún infortunio, pero ¿acaso nosotros no los tenemos también? A cambio, la planta no necesita de otras plantas, no precisa socializar para obtener algo, es muda y no tiene la presión de las demás especies para alcanzar un estatus ideal.
Y en el peor de los casos, si es que forma parte de un bosque, con otras plantas alrededor, tendrá la tranquilidad de saber que son las mismas otras plantas con las que compartirá espacio por un buen período de tiempo. Y no habrá plantas intrusas, y no se verá obligada a conocer a otros ejemplares que, supuestamente, deberían ser imprescindibles para su desarrollo (como sí sucede con los humanos).
Quietud. Impasibilidad. Inercia. La sensación de ser inofensivo y de no ser afectado por el veneno de los otros. Lejos de la turbulencia y próximo a una experiencia deliciosamente monócroma. El placer de que no pase nada. O poco, en todo caso. Una vida sin muchos sobresaltos, a la luz del sol, de la luna, a la sombra de un manto protector invisible. Vida de planta.
No es exactamente el tema del que has hablado aquí, pero muchas veces me pregunté si sería más feliz en otro cuerpo. No en otro cuerpo humano, ya que no tengo absolutamente nada en contra del mío en particular, sino en un cuerpo de otra especie. En sus Metamorfosis (actualmente es un libro en prosa, como la mayoría de obras de los poetas griegos y romanos), Ovidio muestra cómo varias personas y deidades son transformadas en otra cosa distinta; desde Dafne transformándose en árbol, hasta Aracne haciéndolo en araña (de ahí "arácnido"), pasando por Ío encarcelada en el cuerpo de una vaca, Licaón transformándose en lobo (de ahí el término "licántropo") y un largo etc.
ResponderEliminarSin embargo, creo que es imposible para mí sentirme cómodo o ubicado dentro de un cuerpo (que, en mi opinión, es la única manera posible de existencia). Aún así, supongo que hay muchas maneras de alejarse de un cuerpo sin realmente salir de él (especialmente cuando te concentras mucho en algo que no requiere el uso del cuerpo, o que solo necesita movimientos repetitivos y leves -pasar una página, por decir algo).
Como decía, Ovidio vertió el alma de varios seres de la mitología grecorromana en cuerpos que no les pertenecían en origen. Algunos se sintieron a gusto en su nuevo cuerpo, ya que solo en él eran capaces de expresar su verdadera esencia; otros, se sintieron condenados, castigados por algún mal que habían cometido. Está claro que la mayoría pertenecía al segundo grupo.
No vas descaminado. En 40 años dedicado al Administrativo, me encontrado todo tipo de vegetales al frente de oficinas públicas: melones, cocos, calabacines, berzotas y matas de habas, principalmente. Y la inmensa mayoría, tremendamente orgullosos...
ResponderEliminarPara sacar conclusiones uno deber hacerse y responderse una serie de preguntas... y en mi búsqueda de respuestas, recientemente he encontrado muchas de estas respuestas en mi carta astral (no confundir con el horóscopo semanal) que me ha explicado muchas cosas de mi y me ha ayudado a entender pq soy como soy.....
ResponderEliminarResumiendo.... Los signos de agua son signos de introversión.. Yo tengo mi Sol en Piscis, ascendente en Cáncer, Luna en Escorpio .. (La Luna en Escorpio representa la calma absoluta que se muestra aun cuando el interior está en un estado caótico: las personas con la Luna en Escorpio normalmente no logran sentir interés por cosas banales como lo hacen las demás personas sino que buscan un significado más profundo de la vida.)...
Una carta equilibrada, sería una carta con un 25% aprox. de cada elemento....yo tengo demasiada agua (introversión):
Fuego 13.64%
Tierra 9.09%
Aire 13.64%
Agua 63.64%
y Saturno en casa 12 ( los que tenemos Saturno en la 12 tendremos mucha soledad en nuestras vidas, pero nos encanta estar solos. Además nuestros enemigos, nos pegan y siempre les rebota. Vamos a ver morir a nuestros amigos, posiblemente seremos viudos, ancianos y solitarios. Pero eso no es tan malo si sabes que hacer estando solo, porque la soledad no es sino miedo a estar consigo mismo)... Esto es un ínfimo resumen .. porque las personas somos poliédricas, con nuestras contradicciones... Pero es importante entender como eres y porque, y no intentar luchar con ello ni cambiar... porque posiblemente nuestro propósito de vida va ligado a eso....
Quien sabe, igual solo son chorradas... pero bueno, seguimos en la búsqueda de respuestas :-)
Por cierto, un día, después de una sesión de enteógenos... El chamán, o supuesto chamán, me dijo que para ellos los seres mas evolucionados son las piedras, después las plantas, animales y por último el hombre... y le encontré cierto sentido, pues para muchos la iluminación (o la meditación para llegar a ella) es bastante semejante a un estado vegetativo o es estar inmóvil como una piedra:) )
ResponderEliminar