Caída en espiral
Advertencia: las siguientes líneas pueden desalentar y sumir a los lectores en un estado de profundo abatimiento. O tal vez aburrirlos a morir.
Lamentablemente no estoy en capacidad de escribir nada que no tenga grises o negros. No hay en mis palabras asomo alguno de optimismo; ni siquiera de duda razonable. Parte de lo que soy capaz de reflejar en estos momentos está amarrado a circunstancias que van más allá de lo meramente esquizoide. Será como un rosario de quejas.
Segunda advertencia: las siguientes líneas no están exentas de reiteración temática. Me temo que tocaré asuntos que ya he expuesto en entradas anteriores. Lo cual no debiera ser demasiado raro —o inapropiado—, pues la vida puede ser circular.
Si pese a estas señas aún quieren seguir leyendo, pues adelante. No digan que no les avisé.
Para empezar, diré que estoy agotado. No en un sentido de cansancio físico, sino mental. Agotado de saberme odiosamente inmóvil: sé que tengo cosas por hacer. Y presiento que empezaré a hacerlas cuando no quede más remedio: procrastinación. Es como saber que se viene un aluvión y que debiera evacuar. Y que, aún sabiendo eso, postergo decisiones. Son cosas que demandan esfuerzo y renuncia: debo mudarme de piso y hay que mover lo que pueda entrar en un par de cuartos, consciente de que me veré obligado a desprenderme de muchas cosas que ahora ocupan todo un departamento y que no encontrarán sitio.
Podría parecer una preocupación absurda, pero para mí es un mundo. Sé que tendré que moverme para contactar a gente que quiera llevarse muebles, objetos, trastos, lo que sea que no vaya a llevarme. Y está la mudanza misma, que, de solo pensarla, me parte la cabeza de dolor.
Perderé independencia: estoy bajando al piso de mis padres, donde también habitan un hermano y la persona encargada de mi alicaído y querido viejito. Hasta hoy puedo vivir como nocturno que soy, escuchando mis discos a horas vampiras, puedo hacer ruido, repantigarme donde me pida el cuerpo, andar descamisado y en fachas terribles; así que tendré que incorporar algo de pudor y de alineamiento a las formalidades.
Tendré que acoplarme a la no-soledad. Si fuese normal, no me debería representar mayor inconveniente. Pero eso de que el hombre es un animal de costumbre no va conmigo (y no sé si no va con todo esquizoide). Llevo largos años viviendo mi soledad como me plazca. Y ahora esta se verá irrumpida, intervenida, invadida. Y no estoy seguro de poder soportarlo.
Sumadas a estas preocupaciones, están la situación de salud de mi padre (bastante crítica, por cierto), las urgencias económicas, y una sensación de oscuridad apabullante que no me deja estar en paz o, al menos, en un estado de monótona placidez —todo lo que necesito para respirar sin contratiempos—. Puertas cerradas por todas partes y sentimientos de no pertenencia.
Además, todos los días me asaltan pensamientos de derrota y de inadecuación a la vida. Son pensamientos ucrónicos y latentes, agazapados en alguna hondura de mi mente, que salen a relucir cada cuanto y no sé si como efecto de la exacerbación de un estado mental crítico o como la manifestación de un metalenguaje que tiene vida propia.
También diría que me siento como una crisálida momificada. No quiero salir fuera de mi mundo (¿o no puedo?), pero no quiero quedarme atrapado tampoco. Estoy bastante molesto conmigo mismo; resentido. Recuerdo una entrada anterior en la que confesé que estaba hastiado de mí. ¿Por qué? Porque, a pesar de los beneficios de ser esquizoide —que sí, los hay—, el mundo no para de enrostrarme que las cosas están básicamente hechas para personas sin déficits mentales, sin las limitaciones que nos constriñen, y que es por demás complicado seguir haciendo frente a la vida como un quijote a los molinos de viento. Los problemas son reales, no podemos seguir haciéndonos de la vista gorda. Está esa frase: el hombre es un animal social. Y sí: nos pega bien abajo; digo: a los esquizoides.
Son muchas las inquietudes que taladran mi cabeza. Hay más, muchas más. Pero considero que no viene al caso extenderme otro tanto. Basta redondear el tema diciendo que estoy dentro de un vórtex insano y en caída libre. Oscuridad, puertas cerradas, agotamiento, abatimiento... todo esto ya ha salido a la superficie en notas anteriores; y lo lamento mucho.
Disculpen la recurrencia, pero no veo más realidad que esta —de grises y negros—, de la que soy prisionero.
Buenas. Entiendo perfectsmente tu situacion. Yo tengo 30 años y me he independizado hace unos meses. Vivo sola y de repente se me hace inviable vivir otra vez con personas. La mudanza me estreso mucho. Y aun me faltan algunos muebles, pero prefiero la incomodidad de no tenerlos a tener que moverme.
ResponderEliminarHace unos dias me di cuenta de algo: estab encerrandome en mi misma. En mi casa . Alejandome de todos y de toda emocion. Y no puede ser. Asi que he decisido responsabilizarme de otro ser: un perro. Ahora como trabajo muchas horas no, pero ya solo la idea de que en unos meses lo tendre me OBLIGA a acabar mi casa. A terminar de amueblarla. Y cuando tenga al perro este me obligara a salir al mundo. Ser mas abierts y sociable.
Todos los que me conocen de niña concuerdan que cuando tuve que hacerme cargo de mi perro cambie y parecia mas normal, abierta, sociable, responsable. Asi que yo tambien estaba empezando a apagarme, a dejar de sentir, a dejar de ser, y tengo , no, tenemos que ponerle remedio o cada vez nos costara mas salir de nuestros estados.
Qué bueno. Una mascota es una gran compañera y demanda cuidado y preocupación. Pero vale la pena. Ahora mismo me estoy rompiendo la cabeza para ver qué hago con las cosas que no van a entrar en el piso. Es todo un tema.
EliminarNormal. No noa gusta tomar decisiones y mudarse implica tomar muchas, y importantes ademas. Por otra vas a perder tu refugio, y vas a cambiar tu habitat, el sitio donde tu tenias sentido. Supongo que entre eso, los conflictos que preves y tu cerebro que no hace mas que enseñarte una y otra vez todas las situaciobes negativas que tendras que vivir, y que te bombea la sensacion de abatimiento y la aensacion de que no podras, no es agradable. Pero tu mejor que nadie deberia saber que nuestro cerebro es a veces nuestro mayor enemigo. Sr que no puedes acallarlo, pero tampoco dejes que te ahogue. Todo el mundo se adapta, sobrevive. Es algo humano y tu, esquizoide, eres humano. Te costara y puede que no estes tan a gusto como en tu anterior casa, pero te adaptaras. Y seguiras adelante, como has hecho hasta ahora.
EliminarSí, la verdad es una pesadilla. Solo espero eso de la adaptación, aunque tengo mis dudas. Gracias por inyectarme buena onda.
EliminarCito textualmente : "...a pesar de los beneficios de ser esquizoide —que sí, los hay—" , mmmm... No sé, pero cada vez le veo menos ventajas a toda esta plasta. Me recuerda a la gorda a la que le contaron que somos el 70 % de agua y decidió que ya no estaba gorda, sino inundada. Lo que pasa es que lo de la gorda tiene arreglo, pero lo nuestro no.
ResponderEliminarQuizás yo tb esté de bajón : me he dado cuenta de que la primavera y el otoño me matan cada vez más, no sé a Uds. ; pero no es muy normal que nos cuentes tus problemas y la primera que se asoma te recomienda... ¡que te compres un perro ! Y es que tenemos la empatía de un lebrillo de lavar
A pesar de que tenemos más desventajas, creo que sí tenemos beneficios. O si prefieres "beneficios". Creo que no somos superficiales, más bien tenemos una perspectiva más profunda de las cosas. Como no malgastamos el tiempo en conversaciones insustanciales y en socialización vana, nos damos el tiempo que no tienen los "normales" para dedicarlo a actividades provechosas como la lectura, el estudio o el ocio sano (hacer lo que nos dé la gana en soledad). Nuestra condición creo que activa ciertas características que podemos usar de manera provechosa: somos más observadores, más meticulosos en analizar situaciones y podemos llegar a ser más reflexivos.
EliminarLo olvidaba, no veo nada mal tener un perro.
ResponderEliminarja,ja,ja. Tú mismo, pero quizás mejor un Yorkshire miniatur que un dogo de Burdeos ;-)
EliminarImposible. Siempre tuve perros grandes: doberman, boxer y rottweiler... además los yorkshire son insoportablemente gritones, jaja...
EliminarMás allá del tema del post, que refleja una situación difícil -de la que vas a salir y vas a sobrellevar bien, eso espero, Solitude-, me reí con los comentarios. Demuestra que los esquizoides sí tenemos sentido del humor. Pensemos, además, que los perros no hablan de temas insustanciales jeje... Respecto de los equinoccios y el estado de ánimo, me encanta el otoño. Pero la primavera mmm... me pone nerviosa y me deprime un poco, sobre todo cuando son días más calurosos y húmedos. Me irrita, más bien. Ahora, otoño en el hemisferio sur, donde vivo, estoy de parabienes, si se me permite la expresión, considerando mi condición! Juas! Saludos para todos.
EliminarJajajaja si, probablemente mi comentario no ha sido adecuado. Pero seguia una logica, la mia. Es decir, estaba dandole animos y compare un poco su situacion como la inversa de la mia. Yo me he mudado hace unos meses y al no estar obligada a interactuar con personas me he encerrado en mi misma. Estoy tan bien que cuando pienso en tener que volver a relacionarme me entra una sensacion muy desagradable y desamparada. Pero no puedo quedarme asi. Un perro me obligaria a abrirme, a salir, y un cordon que me conectaria otra vez al exterior. Pero claro, me equivoque parece ser. Lo siento jajaja, suelo reaccionar de manera inadecuada a las situaciones.
ResponderEliminarHola! No me parece una equivocación, es lógico lo que decís y lo comparto :)
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EliminarAhora mismo yo también estoy en esta tesitura.
ResponderEliminarMe veo obligado a mudarme de piso y se me está haciendo un infierno... de momento he sido incapaz de hacer nada, y estoy bajando a mis infiernos mas profundos... una cosa tan simple como esta hace un click, que activa otro click, que activa otro click en mi cerebro... Lamento estar solo y no tener a nadie al lado que me ayude en estas situaciones.. y me pregunto pq estoy solo... y me pregunto por mi relación con mi familia... y me pregunto pq soy tan raro, y me pregunto sobre mi aislamiento en esta sociedad... y acabo en la cama en posición fecal haciéndome estas preguntas y bajando a mis infiernos... tal cual tengo esa sensación de estar descendiendo en espiral hacia mis infiernos mas profundos... incluso este mes estaré pagando los 2 alquileres para poder gestionarlo con un poco mas de tiempo y llevarlo mejor pq también lo estoy postergando todo y no estoy haciendo nada.... ánimos
Aprovecho tu comentario para actualizar la información y, de paso, pueda servir de espaldarazo. ¡Ya me mudé! Y fue cuando ya tenía el aluvión casi encima que tuve que moverme sí o sí. De otro modo habría quedado sepultado. Es decir, creo que en algún lugar recóndito de nosotros hay una especie de maquinaria inerte que se va a activar cuando suenan las alarmas. ¿Cómo llamarla? ¿Recursos? Podría ser. Es como un dispositivo de urgencia a usar en casos extremos y que surge porque no queda de otra. Así que te animo a pensar, como alguien dijo en un comentario anterior, que es una "situación difícil de la que vas a salir y sobrellevar bien". Simplemente porque no hay otra opción.
EliminarGracias.... Yo también he resurgido de mis cenizas después de unos días de obligada catarsis y raciones dobles de flores de Bach :-) . Ayer firmé el contrato y tengo el tema de la mudanza previsto para el fin de semana que viene... Como dicen, después de una borrasca el cielo se despeja.... Saludos
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