Ahora ya caminas lento



¿En qué momento tu cabecita blanca pasó a contarme historias que no son? Hay en tus nuevas palabras una mezcla de realidad y fantasía; de pasado y cenizas. Aún me llamas por mi nombre, pero he advertido un par de tropiezos: tu memoria te juega a las escondidas y navega en la bruma.

Hoy en la tarde me dijiste algo que no logré entender. Y fue con voz queda, casi un murmullo. No supe responderte, no supe qué decir. Por dentro, la rabia ardiendo de no poder descifrarte. 

Me pediste que te mostrara lo que estoy leyendo. ¿Qué dice?, preguntaste mirando la tapa del libro, de un sillón a otro, en la sala. No digas noche, de Amos Oz, te respondí. A lo que me dijiste: Pero no es un bebe. Aquello me llenó de congoja. Es muy difícil procesar las palabras carentes de sentido, y más si vienen de quien amas con toda tu humanidad. Saber que tu mente hoy es una fábrica de mensajes confusos —y difusos— me tiende un cable a tierra; es un llamado de aceptación de una realidad que estruja el corazón.

Después le conversabas a mamá. Le mostrabas tus dedos maltrechos por los golpes del ayer y la tristeza de hoy. Le hablabas con la devoción de siempre, eterna, esa que te mantiene vivo a pesar de todo, olvidando que ella ya no entiende, que vive en su propia nebulosa. Su mirada vidriosa y perdida debió habértelo recordado.

Solo hace un año y medio todo era distinto. Tenías tus problemas, claro, pero eras tú; completo, total. Casi de un momento a otro se nos vino el otoño con toda su melancolía y sus hojas caídas. Y desde ese instante confirmamos que la vida es una trampa. Y estuvimos en un tris de perderte en definitiva, pero Dios no lo quiso; ¿quién sabe de sus planes contigo?

Ya lloré tu partida, aun cuando todavía te tengo. Ya sé lo que es perderte, aun cuando sigues aquí, arrastrando tus huesos y tu piel, sin perder —eso sí— tu noble mirada azul. Tu sonrisa limpia de hombre bueno. Tu gesto amable. Tu alma sensible y dibujada con genuino candor de ser humano como no abundan hoy. Ya no tocas la guitarra, pero sí el rondín. Aunque las notas no te salen como antes.

En lo que a mí concierne, vivo cargando una cruz y llevo una corona de espinas porque sé que ya nada volverá a ser lo que fue. Sé que debo esperar la oscuridad total, pues cualquier día de estos... sin embargo, no quiero pensar en eso, aunque no es fácil apartar la penumbra que reina en mi cabeza y en mi alma. Cada día es un minuto más de tiempo adicional de un partido que llegó ya a los noventa. Y ya no tomo la pelota para buscar un gol milagroso; tiendo más bien a replegar mis líneas defensivas, así el silbato final me alcanzará de alguna manera protegido. 

Estoy seco. No me queda otra sensación que la angustia y la pena profunda de ver cómo vas saliendo de escena, paso a paso, lentamente. Y sé que te llevarás más de la mitad de lo que soy. No tengo la fuerza necesaria para sostenerme en pie, mientras todo esto que estamos viviendo tiene aroma a despedida. 

Nos quedan más botellas de vino que compartir; más tardes de videos y noches de fútbol en la televisión. Nos quedan más abrazos que darnos; más besos y bendiciones. Aún si ya no podemos charlar como antes, pues tus palabras surgen cada vez más remotas, como desde otra dimensión, laberínticas, crípticas. Pero estamos juntos, alma con alma. Y si te toca partir pronto, mi propia muerte no me asustará, pues solo querré volar hacia donde tú estás para fundirnos en un abrazo sin final.

Te dejo esta canción. Canción que odio, por cierto. Pero hay en su letra algo que no puedo decirte con mis propias palabras, aunque lo he intentado en este pequeño espacio.




Comentarios

  1. Qué palabras tan sentidas, tan perfectas. Tocaste mis fibras más sensibles. Me hiciste llorar, algo poco frecuente en mí, que no hacía desde hacía mucho, mucho tiempo. Mis bendiciones en este difícil momento que estás atravesando. (El tren volvió a pasar y trajo un emotivo, hermoso post). Saludos.

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    1. Gracias por animarme a escribir. Necesitaba, tal vez, hacer catarsis, a pesar de que todo esto no guarda relación alguna con la naturaleza del blog. Gracias por tu comentario, de verdad lo valoro mucho.

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  2. Es un texto bonito. Espero que puedas sentir, aunque sea mínimamente, el apoyo que queremos darte los que te leemos, y el orgullo/admiración que cualquiera que lea esto sentirá al saber que cuidas bien de él.
    Aunque, tal como afirmas, no podáis charlar como antes, seguramente la falta de comunicación verbal habrá abierto otro espacio más profundo.
    Uno desearía que os quedara mucho tiempo aún.

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    1. Gracias por el apoyo, es muy importante leerlos a ustedes siempre.

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  3. En algún lado dejó escrito Gª Márquez que llega un momento en la vida en que te conviertes en padre de tus padres. Lo que en principio parece una paradoja no lo es tanto si lo meditamos un poco.
    Mucho coraje y mucha paciencia. No queda otra.
    PD.- Como de costumbre, excelentemente escrito. Con calidad literaria. Deberías de pensar en serio en escribir un ensayo : unos te seguimos, pero a otros además les das valiosos consejos. Hoy día hay maravillas en autoedición y además muy baratas. Piénsatelo. Un fuerte abrazo

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    1. Gracias por tu valoración!
      Sí he pensado en publicar (tengo una ficción avanzada, incluso)... pero luego me pongo a pensar en las puertas cerradas que hay en mi cabeza y se me pasa.

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    2. Con la capacidad intelectual que tenés, no pienses en las puertas cerradas en tu cabeza. Intentá abrirlas... podrías tener éxito en una carrera literaria. Hay tantos que escriben pavadas y la gente los lee... Animate!!

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    3. Te agradezco. No sé si tenga suficiente bagaje como para emprender un proyecto así, pero si incluso creyera que sí, mi lado esquizoide me saldría al frente para mostrarme solo puertas cerradas y un camino demasiado empinado como para tocar esas puertas y buscar contactos.

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    4. Vale la canasta . ¿Suficiente bagaje? Tienes de sobra : no hay más que repasar tu blog. Y ya está todo hecho ; ¿puertas cerradas? ¿ camino empinado? para eso están los agentes literarios. Pásales unas galeradas y te dirán si vale la pena o no. Yo particularmente pienso que sí. No soy agente pero sí un adicto a la literatura. Lo que te cuentan más arriba de las pavadas de la gente es la pura verdad. Se me ocurren docenas.
      Tú mismo. Salu2.-

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    5. Vamos Solitude! Héctor tiene razón, arriba el ánimo y la autoestima. Ya te dije en otra oportunidad, tu capacidad intelectual sobrepasa cualquier barrera. Hacelo posible. Saludos!

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    6. Gracias de nuevo.
      A darle vueltas al asunto y ver qué puede surgir.

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    7. Repaso algunas entradas antiguas y... No te quejarás de tu hinchada, ¿eh, Solitude? ;-)

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  4. La actitud expresada en la última oración del penúltimo párrafo es errónea, particularmente para un cristiano. Es una reducción del horizonte en la vida, de la perspectiva existencial.

    La meta de todo ser humano es llegar al abrazo eterno con Dios, no con otro u otros seres humanos. Solamente la unión plena con Dios puede satisfacer plenamente el deseo de felicidad de un ser humano. El hecho de que otros seres humanos, a quienes uno ama, lleguen también a ese abrazo eterno con Dios, es motivo de alegría por el bien DE ESOS OTROS seres humanos, no porque la interacción con ellos en la visión beatífica aumente intrínsecamente la felicidad eterna de uno.

    Incluso si Dios no hubiese decretado llevar a aquéllos a quienes Él ha justificado a la visión beatífica, o sea al estado en que el alma, o el ser humano resucitado completo, ve a Dios "tal cual es" (1 Jn 3:2), sino a un estado de felicidad limitada de duración infinita, una suerte de día de campo interminable (sin insolación ni hormigas ni mosquitos ni el maldito humo de las parrillas), en ese hipotético estado de felicidad acotada sería erroneo limitar el trato a quienes fueron familiares directos. Porque quienes llegasen a ese estado no serían insoportables (lo cual para muchos argentinos implica el paso previo por un purgatorio) ni nos resultarían insoportables.

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    1. Desde luego que, para los cristianos, el sentido de la vida está marcado por la comunión con Dios tras aceptar el regalo de la salvación, por medio de la fe en Jesucristo. Y que el momento máximo llegará al compartir la gloria de su reino en el cielo. Únicamente me he permitido una licencia dentro del contexto de una nota dedicada a mi viejo. El hecho de que quiera abrazarlo cuando nos encontremos allá no implica para nada una suplantación del objetivo central que tengo como cristiano. Hay que situar las cosas dentro de su contexto. Saludos.

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    2. ja,ja,ja ¡vaya castaña! ¿ de dónde sale Ud.? se ha equivocado de blog. Estamos en otras cosas... échele un vistazo a todo lo que hay publicado y nos dice luego.

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    3. Jajaja... hay que ubicarse en el contexto,. Tal vez una leída a todo lo que se escribe te dé la pauta.

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