Soledad e inteligencia
Hace unos días leí una nota que llamó mi atención. La nota en cuestión habla de un estudio que demostraría que la gente solitaria posee un CI más alto que aquellos con una mayor tendencia a la socialización. El razonamiento es el siguiente: las personas solitarias emplean más tiempo en enriquecerse intelectualmente, en oposición a aquellos que están en contacto más frecuente con otras personas y que, justamente debido a ello, no ejercitan sus cerebros.
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Si hay un tópico repetido hasta la extenuación sobre las personas con alto nivel intelectual (aquellas que destacan en los tests de inteligencia) es que son individuos con poca capacidad para relacionarse. Son, también reza el tópico, más solitarios y huraños, se lee en este artículo. Y, lejos de ser un estereotipo, el hecho encuentra sustento en el estudio realizado por la London School of Economics en colaboración con la Singapore Management University. El hallazgo resume: A mayor inteligencia, menor es la necesidad que sienten los seres humanos de tener una vida social activa para poder ser felices.
Es obvio que el estudio no aborda la soledad como consecuencia del Trastorno Esquizoide de la Personalidad (TEP). Sin embargo, causas aparte, los esquizoides somos solitarios y es muy probable que, gracias a ello, tengamos un coeficiente intelectual nada despreciable. He realizado algunos de esos tests que miden el CI y en todos ellos he obtenido un puntaje que supera largamente el coeficiente intelectual promedio. No me siento especial por eso. Ni siquiera he tomado con mucha seriedad esas pruebas; por el contrario, solo sonrío y luego a otra cosa.
Ahora que he leído este artículo, no obstante, encuentro cierta lógica en lo postulado. Encuentro factibilidad en el hecho de que las personas que dedican más tiempo a sí mismas, sea por la causa que sea, tienen más posibilidades de cultivarse intelectualmente. Si debo hablar por experiencia propia, diré que, en efecto, prefiero setecientas mil quinientas veces enriquecer mis conocimientos, leer, investigar, escribir, absorber cultura, disfrutar del arte, de la música, de la literatura, que perder horas de mi vida hablando naderías con otras personas. Prefiero leer un buen libro que diluirme en una conversación insustancial en un café. Encuentro decididamente más provechoso sumergirme en la posibilidad de obtener más conocimientos que desviar mis pasos hacia cualquier situación social que no me deje nada apreciable adentro. Por lo general, entablar relaciones con los demás supone un lastre en nuestra necesidad de activar nuestras mentes para fines que consideramos más importantes, fundamentales. ¿Una fiesta o una reflexión filosófica o metafísica? Los solitarios iremos por lo segundo. No importa si somos esquizoides o no. Tenemos prioridades y estas no toman en cuenta los desvaríos sociales.
Quiero enfatizar que nada tienen que ver aquí la megalomanía o un orgullo abultado (incluso a pesar del llamado orgullo esquizoide). Al menos, hablo por mí: no me siento superior al resto porque lea más que el promedio de gente o porque tenga una sensibilidad artística desarrollada. Pero no niego que disfruto muchísimo entre páginas de libros, mucho más que socializar. De hecho, considero que muchas personas socializan porque padecen un horror al vacío. Prefieren estar acompañados sin que les importe el precio a pagar. Su lógica es así: mejor mal acompañado que solo. No los critico, cada quien es como es. Solo establezco y subrayo mis prioridades: mejor solo que (bien o mal) acompañado.
El cociente intelectual (sí, se dice COCIENTE, no coeficiente) o medidor de la inteligencia, nada tiene que ver en este asunto. Inteligencia e intelectualidad no son la misma cosa. Es cierto que la capacidad intelectual con la que uno es dotado cuando nace, a lo largo de la vida según como te vaya, puede estancarse, mermarse o potenciarse. Pasa con los niños de Altas Capacidades (o superdotados): en la enseñanza normalizada se estancan si no se les ofrencen las oportunidades necesarias. Por todo ello, insisto en que no tiene que ver la inteligencia con este trastorno de personalidad. Es más, las personas esquizoides carecen de Inteligencia Emocional, con lo cual, eso resta al conjunto.
ResponderEliminarja,ja,ja. Lo que hay que leer...
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