Amo/odio la rutina

Estoy cansado. 
Cansado de despertar en la misma habitación, luego de noches accidentadas en las que mi necesidad de dormir colisiona con elementos perturbadores como el calor sofocante de esta época del año, el aire viciado de un ventilador que circula la misma ventocidad que se vuelve, también, caliente. Las decenas de vueltas que doy sobre la cama con la esperanza de encontrar una posición cómoda. Y los pensamientos víricos que se meten en mi cabeza. Y dale que dale con esos nubarrones que empañan cualquier atisbo de un presente/futuro positivo. 
Cansado de salir de la cama para empezar un nuevo día que más parece un viaje a ninguna parte. Del rutinario rebote de la cama al baño a la ducha al lavabo al clóset. Cansado de prender la computadora y revisar, como zombi, las redes sociales. Twitter. Facebook. Para qué. Vueltas en círculos buscando quien sabe qué; alguna noticia que altere la normalidad de las cosas, tal vez. Algún post sobre algo que pueda enganchar mi mente, tan dirigida ella por los largos tentáculos de la anhedonia, esa incapacidad de disfrutar, de encontrarle el placer a las cosas. De pronto me doy cuenta de que he perdido probablemente más de una hora dando vueltas virtuales sin razón alguna. Y ni cómo pedir que me devuelvan el tiempo perdido, porque tiempo tengo de sobra.
Estoy cansado de esperar la llegada de la hora del almuerzo, ritual que se ha vuelto mecánico, robótico, matemático, donde quizá solo esa botella de vino tinto salva la situación. 
Cansado de las tardes calurosas en las que no puedo moverme sin sudar. Cansado de las tardes calurosas en las que no puedo quedarme quieto porque también así el calor hace presa de mí. Y sudo. Y me muero de calor. 
Cansado de la hora del crepúsculo, apenas mitigada por algún intento de lectura interrumpido por pensamientos peregrinos. La modorra, más temprano que tarde, me alcanza y me secuestra. Puedo quedarme dormido sobre el sofá, con un libro abierto sobre el pecho, solo para despertar luego ensopado y con escaso oxígeno para aliviar mis pulmones. Trato de respirar profundamente mientras me incorporo y mientras nuevamente los pensamientos víricos se apoderan de mi cabeza.
Y no es que esté cansado solo por el calor extremo (que en definitiva opera en mi contra), sino también porque llevo ya mucho tiempo repitiendo el mismo patrón de todos los días, con muy pocas variaciones. Pueden decirme: es la rutina, busca nuevas cosas. Gracias, entiendo, ya me lo han dicho. Pero eso no funciona conmigo, pues soy una persona rutinaria. O peor: pusilánime. No soy vago (cuando trabajaba, trabajaba duro). Es solo que el trabajo disimulaba mi proverbial apego a la rutina. 
Y si soy rutinario y a la vez la rutina me cansa, pues entonces podrán entender por qué siento que vivo en una celda mental.
Ignoro si lo rutinario es aplicable a todos o a la mayoría de esquizoides. La pasividad extrema. Aquello de dejar que el tiempo y la vida pasen, que se deslicen por entre los dedos, mientras nos perpetuamos en un estado de solidificación. 
Toda esta palabrería puede resumirse diciendo que no me gusta la rutina pero que tampoco me gusta salir de mi rutina. No quiero alterar el rumbo de las cosas, pero no me gusta el rumbo que toman las cosas. Estoy empezando a odiar mi encierro y odio salir de mi encierro. Estoy cansado de la rutina, rutina que me preserva de algo peor que la rutina. Qué complicada vida es la vida complicada. Qué dolorosa es la rutina, tanto como salir de ella.
¿Alguna ventana hacia otra dimensión, allá afuera, en algún lugar del mundo? Digo. Para ver si puedo esperar, milagrosamente, salir de la rutina sin extrañarla.

Comentarios

  1. Estoy en la misma.Soy así de contradictorio en todos los ordenes de la vida. Cuanto más vueltas le doy menos respuestas encuentro. Pienso en la Alquimia y la ley del intercambio equivalente.El hombre no puede obtener nada sin antes dar algo a cambio, para crear, algo de igual valor debe perderse.¿Habrá que sacrificar nuestra rutina para poder escapar de ella?. ¿ Y si así fuese, terminaríamos sacrificando mucho más de lo que llegásemos a obtener?.
    Acá te dejo algo que publiqué en Taringa hace unos días que podría llegar a resultarte interesante: http://www.taringa.net/post/solidaridad/19336992/Trastorno-Esquizoide-de-la-personalidad-Megapost.html

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  2. Hay que j..... lo que nos parecemos unos a otros. He meditado sobre este asunto 1.000.000 de veces.

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