Condena
Recién leí este artículo: "¿Cuál es la clave de la felicidad? 75 años de estudio en Harvard nos dan la respuesta"
Y me quedé pasmado. La investigación, que duró 75 años, arroja que la clave de la felicidad no es ni el dinero ni la fama (de acuerdo, ya lo sospechaba). Antes de llegar al meollo central del artículo, y mientras lo iba leyendo, en mi mente traté de anticiparme y fraguar posibles claves de la felicidad, a decir: confianza en uno mismo, trabajar en lo que a uno le gusta (o realizar frecuentemente actividades relacionadas con eso que a uno más le gusta, no necesariamente para ganarse la vida), combinar una vida saludable con objetivos trazados y conseguidos, desarrollar una capacidad emocional o sensitiva que nos permita mirar la vida de manera positiva haciendo a un lado los pensamientos grises y negativos, alimentarse de cosas simples pero enriquecedoras: esto es: incorporar hábitos edificantes como la lectura, la meditación o la solidaridad. Incluso, a un nivel más místico, pensé: tal vez la felicidad está en saber perdonar, sacrificarse por el prójimo necesitado, hacer la voluntad de Dios...
Pero no. El artículo de Miguel Mier descorre la cortina para mostrarnos que los resultados del estudio realizado en Harvard arrojan una situación que, para los esquizoides, golpea con el rigor de una condena: la clave de la felicidad está en la capacidad de establecer relaciones humanas saludables y constructivas. Más adelante, el autor desarrolla y detalla algunas características de cómo deben ser estas. Refiere, entonces, que se trata de relaciones profundas, de confianza a prueba de crisis, relaciones positivas, de amor, de respeto y de crecimiento personal. Y eso no es todo: el autor explica que, de acuerdo con el estudio, el peor enemigo del hombre, o en todo caso, el principal agente de infelicidad, es --mala suerte la nuestra-- el socio más leal de los esquizoides: la soledad. Así como lo lee. Dice: La soledad es la condición que en el tiempo provoca la mayor cantidad de enfermedades físicas y psicológicas.
¿Qué nos queda a los esquizoides?
Existe la resignación. Pero existe, también, la rebelión. ¿Y qué si me niego a aceptar todo eso? Si mi soledad es necesaria, vital. Si el hecho de establecer relaciones humanas más bien nos incomoda sobremanera, ¿cómo así resulta que es la clave de la felicidad? La ecuación no funciona para los esquizoides, señores estudiosos de Harvard. No se aplica a nosotros. No somos parte de sus afanes de investigación. No cuente con nosotros. Esa es nuestra rebelión (o debiera serlo); la única manera de evitar la condena crónica es reafirmando que la soledad esquizoide no es la malévola soledad que estruja los corazones de la gente normal. Nuestra soledad es compañera, es generosa, nos permite ser, nos es cálida y acogedora. Ciertamente, hay ocasiones en que se toma muchas atribuciones y puede transfigurarse en una suerte de boa constrictora. Pero es lo que hay. Es nuestra querida soledad. Quiero creer que es así.
¡¡¡ Bravo por el último párrafo !!! Chapeau !!! El estudio para nosotros, sencillamente, "no ha lugar". Lo veo además sesgado, aunque lo hayan hecho en Harvard: es obvio que la gente es mucho más feliz en Alabama que en New Jersey. Es arriesgado, porque la felicidad es algo muy subjetivo : para un masoquista, la felicidad plena es que lo muelan a palos y a mí se me ocurren otras cosas más interesantes para pasar la tarde de un sábado. Y es leeeento ( y una estupidez) pasarse 70 años estudiando esto, que bastaba con una encuesta amplia, no sé, a 5.000 personas para saber de qué estamos hablando. Las relaciones humanas tp son la panacea y las hay de muchas clases, como las profesionales o las mercantiles, que pueden ser extremadamente superficiales pero muy gratificantes a la vez. Me parece que hay muchísima gente hasta la coronilla de sus parientes; sí, sí... muy buen rollito y mucha confianza, ay qué te quiero pichón... hasta que montan un negocio juntos y las cosas se tuercen o se muere la tía Petrita y hay que repartir la herencia. Nos ha merengao.
ResponderEliminarFeliz 2016 y mis mejores deseos para el año entrante a todos.
Muy cierto aquello de que la felicidad es subjetiva, pues entran a tallar diversas variables, sean culturales, geográficas, psicológicas. Supongo, además, que nadie puede ser feliz todo el tiempo. Aquello de "alcanzar la felicidad" es una quimera; la puedes alcanzar, pero no como un estado absoluto e inmutable. Saludos!
EliminarEn realidad hay muchas fórmulas distintas de la felicidad. En las charlas del TED se habla bastante del tema. Algunas dicen que está en la gratitud, otros en la ayuda al prójimo... Yo parto de la base de que nuestra felicidad nunca será equiparable a la de los demás, yo dudo que alguna vez haya sentido o llegue a sentir la felicidad plena de la que hablan.
ResponderEliminarPero mi fórmula personal, y la que escuchado también en alguna charla de TED, está en la superación personal. Un autor decía que lo que más no hace felices es trazar objetivos y experimentar cómo crecemos y mejoramos en ellos. Así que me busco una actividad (en mi caso creativa, como la música) y trabajo para mejorar día a día. Y aunque también tengo pequeñas crisis y momentos en que siento que no aporto nada, los pequeños avances que hago suelen ser satisfactorios, y constituir una cierta motivación para vivir.
Otra posible forma sería la de dedicarse a ayudar desinteresadamente a los demás. Aunque a nosotros nos cueste relacionarnos y no nos aporte nada emocionalmente, el hecho de hacerlo y la tranquilidad de conciencia creo que puede ser una buena vía.
Un saludo y ánimo.
De hecho lograr objetivos genera no sé si felicidad pero al menos satisfacción. Aunque una vez alcanzados esos objetivos, la sensación que produce (llamémosle felicidad o satisfacción) tenderá a menguar con el paso del tiempo y con la intrusión de eventos inesperados que nunca faltan. Por lo cual, no creo que se pueda hablar de la felicidad como un estado de largo aliento, sino momentáneo. Concuerdo en eso de encontrar alguna actividad o actividades varias que produzcan placer, que es lo más próximo a la felicidad. La música es un excelente ejemplo. Saludos!
EliminarDe que estado o país es usted mi estimado?
ResponderEliminarHombre esquizoide del siglo XXI. Solo quiero felicitarte por tu blog, tan útil, tan revelador y tan exquisitamente redactado, además, y darte mis más sinceras gracias por tu generosidad. Con él me salvas de la autodestrucción, me liberas, me llenas de paz. Gracias de todo corazón.
ResponderEliminarGracias a ti por tus generosos comentarios!
Eliminar¿Es la soledad absoluta tan anhelada la llave de la felicidad o sólo es un una especie de remedio paliativo para resistir la tan dañina presencia humana?. No me siento decididamente feliz estando solo, más bien en un estado de alivio por no tener que soportar a los demás. ¿O quizá, pequé de inmaduro, y no necesitemos más que estar aislados de todo y de todos para ser felices?. ¿Será suficiente?. Creo firmemente que jamás lo podré comprobar, siempre estaré del otro lado del espejo, observando en lugar de experimentar la vida.
ResponderEliminarLa vida que experimenta cada uno es la vida misma. ¿Por qué ha de ser la tuya menos real, completa o peor que la de los demás? Da igual comprobarlo o no. Cada uno tiene sus propias miserias. La clave de la felicidad no está en ningún otro lugar que en uno mismo. Solo o acompañado. Qué más da.
ResponderEliminarEs algo complicado. En primer lugar, anhelamos y custodiamos la soledad con tanta necesidad porque la vemos como la salvadora de un mundo sobrecargado de emociones y de personas que nos son totalmente extrañas.
ResponderEliminarIgualmente, nos contentamos con vivir placidamente o ese bienestar es el nivel maximo que alcanzamos los edquizoizes? Porque en mi caso, he vivido momentos realmente malos, de esos en los que se te meten ideas muy desagradables en la mente, afortunadamente fueron pocos y breves. Pero lo que se dicen momentos de euforia....hace años que no siento. Desde que me hice adulta. Asi que no se si es que no podemos llegar a esa felicidad total o euforica aunque sea breve sino mas bien a una moderada, o que esta felicidad real, como dicen, solo se produce estando con otras personas y somo eso nos provoca sensaciones desagradables o incomodas nos impiden llegar a ella.
De todas maneras, yo por el momento estoy muy a gusto con mi vida, es comoda, sencilla, solitaria pero estable. Tengo conocidos y un par de amigos que me arrastran al exterior, y me basta. Prefiero quedarme en la orilla de la vida a cruzar y hundirme de nuevo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar