Odiosa comparación
Son las cinco de la mañana y algo más, y se me ha dado por pensar en que soy una especie de Syd Barrett.
(Aclaro: sin alucinógenos).
(Por si hiciera falta, aclaro además: sin su genialidad musical).
Pero tengo eso de escabullirme. Salir de escena para no volver.
Tuve una banda pero no pude acostumbrarme... hacía canciones y tocaba un instrumento. Pero pudo más mi maldita prestidigitación: por acto de magia desaparecía. Hubo veces en que me buscaban hasta por debajo de las piedras. Yo, simplemente, no podía continuar.
Otras veces sí completaba ensayos. Pero a la hora de prolongar la camaradería con los demás integrantes de la banda, yo abortaba toda posibilidad.
Una noche no fui a tocar en un concierto más o menos informal, bajo la excusa de un familiar complicado de salud. La verdad era que no quería ver gente.
De todo eso, hace ya más de 20 años. Lógicamente nunca llegué a nada en el campo de la música, excepto pasarme al otro lado y escribir sobre ella. Pero no dejo de identificarme con la huidiza figura de Syd Barrett. Les juro que lo comprendo, lo entiendo totalmente: él fue incapaz de seguir en Pink Floyd. Yo, en una banda de tantas que asomaron casi de manera anónima para hacer rock por las vías marginales, durante unas cuantas noches de relativa importancia. Hay océanos de distancia, pero no dejo de pensar en Barrett. Casi me siento dentro de su pellejo...
https://unhombredehojalata.wordpress.com/2015/11/06/por-que-nos-caemos/
ResponderEliminarHe retomado el blog. Espero llevarlo más al día de ahora en adelante.
Muchas gracias poy el tuyo.
Un saludo
Gracias y enhorabuena por retomar el blog. Saludos.
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