¿Siempre hay un roto para un descosido?


No sé si en los distintos países de Iberoamérica se conoce el dicho «siempre hay un roto para un descosido», pero estoy al tanto de que, al menos en unos cuantos, hay conocimiento de ese refrán.

A los que no están familiarizados les digo que esta frase —aún vigente, pese al tiempo que tiene— describe que todo ser humano, por despreciable que sea, tiene al menos a alguien que lo quiere; aunque sea una persona. Incluso si en tiempo presente no se avizora a ese alguien, el dicho hace ver que toda persona, potencialmente, tiene en alguna parte del mundo y esperando por ella a otra con la cual podrá congeniar afectivamente. 

De la naturaleza de este refrán se desprende una referencia ineludible: está dirigido a gente poco favorecida en algún aspecto —sea físico, psicológico, emocional, intelectual, etc.—, a la cual le va a costar encontrar al menos a un alguien con el que pueda entablar lazos. Hay una mirada compasiva en este dicho desde el instante en que vemos palabras como roto y descosido: no se refiere a personas atractivas, lindas, simpáticas, inteligentes o carismáticas. Sino a gente con defectos muy notorios, antipática, de mal ver, problemática, etc. Nos dice que incluso estos están habilitados para encontrar un amor o, al menos, un buen amigo. Es decir, hasta un gran perdedor está en capacidad de establecer sociedades afectivas. 

Hace unos días me preguntaba: ¿Siempre hay un roto para un descosido? ¿O habemos quienes por un motivo u otro no podemos identificarnos con ese refrán? 

¿Es posible que haya gente tan rota o tan descosida que no califique?

Pienso que sí. Y pienso que soy uno de ellos. Por experiencias pasadas, por mera práctica, puedo confirmar, de plano, que no pude consolidar lazos afectivos sólidos. Sostengo que, en mi caso, un patrón se repitió una y otra vez: podía despertar un interés inicial (precisamente por ser distinto, enigmático o misterioso); pero ese interés inicial se diluía cuando llegaron a destapar los supuestos misterios —que en realidad no eran tales— y se dieron con que era una persona con determinadas características que ya no eran más un anzuelo ni, mucho menos, un sebo atractivo. No voy a detallar: ya conocemos nuestros rasgos esquizoides.

Creo que las limitaciones psicológicas son mucho más poderosas que, por ejemplo, el aspecto físico en esto de que no siempre hay un roto para un descosido. Lo que hacemos (o no hacemos) puede más que cómo nos vemos o lucimos. Y sí podemos quebrar todo puente o posibilidad de acercamiento. Nosotros mismos dinamitamos el puente e incendiamos la pradera. Esto, incluso, en momentos de la vida en los que, ignorantes de nuestra condición, nos planteamos la idea de seguir el curso de la normalidad para tentar una pareja. Ya en conocimiento de nuestra realidad, abortamos la idea y nos retiramos voluntariamente a nuestros cuarteles de invierno, y ponemos fin a cualquier peregrina idea de intentarlo otra vez.

Como esquizoide, pienso que ese refrán no me es aplicable. Soy un roto sin descosido. O, en todo caso, un descosido sin roto alguno. 

La pregunta es: ¿Me afecta para mal?
Pues, no.


No quiero un descosido (o un roto) en mi vida. No lo necesito (dadas las circunstancias). Me tengo a mí, que, aun roto y todo, todavía puedo fraguar buenos momentos y plantarme firme ante cualquier adversidad. Lo digo con humildad, sin vanagloria, más bien por experiencia propia.



Comentarios

  1. Pues yo creo que si, aunque nunca he sido capaz de materializar una relación, he conocido chicas con las que me he sentido muy a gusto, aunque por circumstancias de la vida nunca se lleguó a materializar..... Aun tengo esperanza

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    1. Bien por ti, si mantienes la esperanza. Yo, en cambio, ya tiré la toalla. Más que por la otra parte, por mí mismo: no me sentiría a gusto en una relación amorosa, ya que he llegado a valorar mi libertad más que nada en el mundo y las demandas sociales de una relación ya me resultan insostenibles a estas alturas del 'partido'.

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  2. En Argentina se conoce el dicho.
    "¿Es posible que haya gente tan rota o tan descosida que no califique?" Jajaja ... Solté una carcajada cuando leí ... porque me sentí tan identificada!! Aún habiendo sido favorecida desde lo físico e intelectual (al menos así me lo han hecho saber desde siempre y yo misma puedo verlo) y sin querer pecar de pedante, mis limitaciones emocionales no me han permitido establecer lazos afectivos sólidos desde el punto de vista de la pareja. No pude sostenerlo en el tiempo, o no quise, o no lo intenté lo suficiente. Creo que más bien no pude, fui incapaz. ¿Si me ha afectado para mal? No. Me sentí plena con mi vida y las decisiones que tomé. Sin embargo, desde que tomé conocimiento de mi condición, me expliqué muchas cosas, las comprendí y con el paso del tiempo me he planteado la posibilidad de compartir la vida con alguien. Sería un reto para ambos construir una relación estable y duradera, pero, ¿para quiénes no lo es? Al menos intentarlo. Saludos!

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    1. Gracias por tu comentario. Ya van dos lectores que no descartan la posibilidad de compartir su vida con otra persona. Yo ensayé una retirada. Sin embargo, viendo el mundo actual, donde muchos interactúan poco cara a cara (por tener las narices metidas en el celular), tal vez se nos plantee un escenario menos hostil y algo más llevadero si de cuestión de pareja se trata. Quién sabe. Como bien dices, el reto es para todos: 'normales' y especiales (no voy a poner anormales). Comparto tu alegría de sentirte plena, aún con la carga que supone ser esquizoide. Si bien yo no podría decir que me siento pleno, al menos puedo decir que me siento lo mejor que puedo (dadas las circunstancias). Saludos y que estés bien!

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  3. Vaya, debo ser la excepcion. En mi caso, a mis 33 años, nunca me ha interesado nadie. Me han caido bien muchos, y he disfrutado mucho de compañias intelectuales, pero en cuanto ellos se han declarado o me han pedido salir me he retirado educadamente de sus vidas. Y es una lastima, ya que seria genial enconrrar alguien con el que discutir temas interesantes sin el factor romantico. Pero o bien consiguen pareja y estas me ven como una amenaza o bien ellos mismos dessarrollan afecto hacia mi, haciendo que se rompa la relacion.
    Nunca he querido pareja. No lo detesto, es que no...encaja. No veo logico tener pareja, en mi caso. Demasiados contras y pocos pros.
    No veo mi futuro en pareja, y tengo mucha imaginacion.
    En mi caso, doy por hecho que no tendre pareja. Es tan evidente como que existo. Llevo desde los 14 años pensando igual. Pese a que me es dificil explicarme y la gente siempre comenta que: ya me llegara el correcto.
    Pero....es que no lo hay. Ni lo quiero. Ni siquiera me preocupa enamorarme.

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    1. Cuando yo era más joven, no niego que sentí la "necesidad" de conseguir pareja. Y uso comillas porque en realidad no sé si lo intenté (pobremente) porque lo deseara o solo por cumplir el 'mandato de normalidad' que supone tener pareja (como lo es también: conseguir trabajo). Es decir, porque era sobreentendido que eso era parte obligatoria de lo que incluye la sobrevalorada idea de la "realización personal". Es recién luego de haber experimentado unas cuantas relaciones amorosas que me di cuenta que no las necesitaba en realidad. Y si antes "quería", ahora ya no quiero.

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    2. Madurar y realizarae como persona: encontrar un trabajo estable>independizarte>casarte>tener hijos
      Enhorabuena, eres una persona.
      Si, cuando eres mujer hay incluso mas preocupacion. Tengo 32 años sin pareja. Cuando tendre hijos? Quien cuidara de mi cuando envejezca? Vivire sola siempre? No faltan las miradas con pena.
      Afortunadamente me dan animos:
      Ya llegara el indicado
      Cuando menos te lo esperes aparecera
      Puedes adoptar tambien.

      No entiendo muy bien porque es tan extraño no querer pareja o hijos. A mi me parece muy normal no querer pareja. Igual que quererla.

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    3. Exacto. Parece que las personas siguen un libreto y cualquier opción distinta a ese libreto no es bien vista. Además, existe la equivocada idea de que los hijos se convertirán sí o sí en nuestros cuidadores durante nuestra vejez, cuando eso es absolutamente relativo. Muchos simplemente envían a sus padres a hospicios y se lavan las manos. Otros ni eso. Y existe lo que siempre he pensado como un "horror al vacío": un miedo irracional a quedarse solo. Muchas personas prefieren mantener relaciones tóxicas antes que estar solas: "Más vale mal acompañado que solo" (por enfermizo que parezca).

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    4. Lo mismo me decían a mí cuando tenía tu edad, Mishaela. Parece que sin importar las latitudes, hay una preocupación por las que no deseamos cumplir el mandato. La letra de la canción de Shakira "Pies descalzos" lo pinta muy bien... "Las mujeres se casan siempre antes de 30,
      si no vestirán santos aunque así no lo quieran.
      Y en la fiesta de quince es mejor no olvidar
      una fina champaña y bailar bien el vals.
      Y bailar bien el vals"... Saludos!


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