Cuando ya me empiece a quedar solo


«Un escenario vacío,
un libro muerto de pena,
un dibujo destruido
y la caridad ajena».

Sui Generis


El nombre de esta canción cae a pelo para el momento actual. Tanto, que lo he tomado 'prestado' para titular este post. Habla de la inminencia de la soledad absoluta. Algo que uno avizora, no sé si a la vuelta de la esquina, pero sí dentro de un radio de tiempo no muy lejano. 

Hoy tengo aún a mi padre. Aunque, valgan verdades, no es quien era: su mente trastocada me lo ha quitado de la vida. Pero, así y todo, sigue siendo una presencia muy fuerte en mi día a día, pues los lazos de amor superan cualquier mala jugada del destino. Antes, de niño, él me protegía, me cuidaba. Ahora yo lo protejo, lo cuido. Papeles invertidos, como en los casos de todos los que pasan por una situación similar. 

Hoy lo tengo, pero no sé por cuánto tiempo más. Presumo que no mucho. Y sí me he puesto a pensar en ello, anticipando lo inevitable. Y no solo se trata de empezar ya a extrañar a quien todavía tienes al lado, sino que ya vas pintando un nuevo escenario de tu vida, sabiendo que su ausencia será un antes y un después

Aunque ya he vivido solo, preveo que la ausencia de mi padre me confrontará con la soledad absoluta. Antes, viviendo solo, sabía que en otro lugar de la ciudad estaban papá y mamá. Y eso era algo que llenaba cualquier vacío posible. Luego me tocó llegar al mismo edificio en el que vivían ellos, en un departamento aparte, hasta que las vicisitudes económicas me obligaron a instalarme en el de ellos. A mi madre la perdí físicamente hace tres meses, pero mentalmente hacía como 10 años, por culpa del Alzheimer. Ahora, este espacio es aún más frío. De modo que todo va quedando preparado para un escenario vacío, un libro muerto de pena, un dibujo destruido... y espero no llegar a la caridad ajena.

¿Cuáles son las posibilidades?
- Que la soledad absoluta me sirva de resorte para salir a buscarme una vida nueva e insólita.
- Que me encierre aún más, multiplicando mi inmovilidad y empezando a hacer un fade out lento y sigiloso.
- Perder el control de todo y terminar internado...
- Pretender que no ha pasado nada y seguir como hasta ahora, en mis cosas, solitario pero no solo (hay una diferencia, aunque parezcan lo mismo).

No sé qué pasará. No puedo programar lo que haré, pues no lo sé. 


Me siento relativamente bien siendo un solitario. La pregunta es si ese bienestar relativo prevalecerá cuando ya me empiece a quedar solo...

Comentarios

  1. A veces he fantaseado con el suicidio... y el motivo por el cual sé que nunca lo materializaré es precisamente este, la familia... gente normal que me quiere y a la que mi ausencia de esta forma les destrozaría... o sea que en cierta forma estoy condenado a seguir viviendo... he fantaseado con esa situación de estar absolutamente sólo.. de alguna forma seria llegar a la máxima expresión de libertad... sin temor a decepcionar a nadie porque no hay nadie, sin importante si has fracasado o no has sido lo que se esperaba de ti.... sin esa sensación de ser un impostor cuando pretendes que todo te va bien y pretender ser uno de ellos, uno de los normales por unos instantes.

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    1. En mi caso, el suicidio no ha cruzado mi mente, salvo en momentos extremos en que uno larga un "¡me quiero morir!", pero solo de la boca para afuera. Voy anotando lo que dices: la soledad absoluta como "máxima expresión de libertad". Está bueno. Creo que por ahí debe ir la cosa.

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  2. Curiosamente justo después de leer este post, he visto una entrevista donde hablan de este mismo tema: https://www.casadellibro.com/libro-el-amor-te-hara-inmortal/9788401017865/3095115

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  3. Me gusta la soledad. La necesito. Varias veces dije que es mi mejor compañía. Pero es cierto, en algún lugar están esas pocas personas del círculo más íntimo, esas que me quieren y a las que quiero, siempre prestas a brindarme su apoyo incondicional. Pensé muchas veces qué sería de mí si ellos no estuvieran más. La verdad, no podría concebirlo. Sería mi final.

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    1. Creo que no nos resulta fácil conciliar la disonancia que existe entre la necesidad de estar solos y los lazos afectivos con personas de nuestro círculo más cercano que demandan de nosotros mayor presencia. Esas personas a las que queremos a veces no entienden que, en efecto, las queremos a nuestra manera. Normalmente asocian los afectos con le frecuencia con la que nos podamos ver personalmente. Pero, al menos para mí, los afectos no tienen que ver necesariamente con la cantidad de veces que veo a las personas que quiero por semana, mes o año.

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    2. Entiendo. Tampoco necesito ver a mis afectos cotidianamente. Sabiendo que se encuentran bien, me alcanza. Sabiendo que son, que están. En el comentario anterior me refería al momento en que ya no estén en este mundo. Aunque claro, nadie tiene la vida comprada. Tal vez me voy antes, para qué darle vueltas al asunto.

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    3. Sí. Sí estuvo claro que te referías a las personas que quieres cuando ya no estén. Más bien, elaboré mi comentario a partir de la dualidad soledad vs. afectos que se desprende de lo comentado. Y sí. No tenemos la seguridad absoluta de que ellos partirán antes.

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  4. He estado leyendo diferentes publicaciones en este blog y lo encuentro muy interesante. Me gustaría hacer algunos comentarios en general.

    ¿Y si el amor fuera más un estado que una relación? Comparto lo que dicen sobre no necesitar ver o hablar con las personas que quiero, me basta saber que existen y están en alguna parte haciendo sus vidas de la forma que mejor les parezca.

    Respecto a la pregunta a si habrá "un roto para un descocido", me gustaría reformular la pregunta: ¿Los descocidos quieren que exista un roto realmente? Porque sólo tendría sentido si al descocido le interesara la existencia de un roto. No hay que confundir imposible con poco probable, y no es o mismo estar solo que querer estarlo. Estoy segura que una persona que quiera o ame profundamente a una persona que no quiere ser amada no sabría qué hacer ¿se sentaría detrás de la muralla china? es probable, pero también se preguntaría si quedase impide la felicidad de la persona que no quiere que la quieran. Yo si fuera el roto me quedaría detrás de la muralla china, en las sombras, por si algún día el descocido decide que quiere que haya un roto, porque no es lo mismo estar solo que querer estarlo y preferiría que la persona que quiero tenga todas las opciones disponibles. Por ejemplo, si algún día sienten que "se empiezan a quedar solos" siempre tendrían al roto esperando en silencio detrás de la muralla. Pero no estoy segura de si es algo bueno o repugnante. Por favor no lo confundan con pena o lástima, el descocido no necesita al roto ni el roto al descocido. Además, así como no se puede elegir querer tampoco se puede elegir a quién, simplemente ocurre.

    Desde afuera no percibo a las personas con personalidad esquizoide como rotas o descocidas y me duele que por ignorancia y negligencia de la población general tengan que sentirse incomprendidos porque es injusto y sin motivo.

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